domingo, 28 de septiembre de 2014

Escogido soy de mi señor Jesucristo.

La palabra de Dios dice en 2 de tesalonicenses capitulo 2 verso 13, pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios, por vosotros hermanos, amados por el Señor, de que Dios os haya elegidos,  desde el principio para salvación, mediante la obra santificadora, del Espíritu Santo y la fe en la verdad.
La palabra elegido es muy importante ya que, en otro pasaje de las escrituras dice que lo que Dios junto no lo separe el hombre, en esta ocasión nuestro señor Jesucristo se refería al matrimonio, cuando Dios junta algo o une algo no hay quien lo separe, así como dice en romanos capitulo 8 verso 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación o angustia? ¿Persecución o hambre? ¿Desnudez peligro o espada?
Quien, nadie nos puede separar del amor de Cristo, cuando un ser humano acepta y le dice al Señor, Señor ,yo quiero servirte, quiero adorarte, por cuanto hoy siento que he sido tu elegido, y quiero que me elijas, porque quiero llevar ese sello maravilloso, que es ser llamado tu hijo.
Cuando la persona llega al arrepentimiento, y acepta al señor en su vida, pasa hacer llamado su hijo. Ciertamente el señor lo ha elegido, y por lo tanto ni que él quiera puede separarse del amor de Cristo. El puede descarriarse puede durar años extraviado, pero a causa de que el señor, ha puesto su sello en el, regresara, como regreso el hijo prodigo, esto porque el señor es celoso de lo suyo, el Señor reclama lo que a él le pertenece.
Por lo tanto hermano, amigo, no os perturbéis, porque el enemigo te zarandeo, y caíste en medio de la prueba, porque aunque tú no quieras, el Señor enviara a sus Ángeles por ti, para que te traigan a sus pies nuevamente, esto porque ya tú fuiste elegido por el, desde mucho antes.
Estés donde estés, hagas lo que hagas el Señor enderezara tu camino y te guiara para que vuelvas a él, porque nada ni nadie te puede apartar de él, porque lo que Dios unió, no lo separa el hombre.
Esta enseñanza es muy extensa los invito a compartirla y a debatirla junto en armonía.
Que Dios los bendiga.


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